La noche de Ramos tiene algo especial, algo que no hay en
ningún otro lugar.
Es un algo que se respira, se siente en el aire, y a
medida que se acerca el fin de semana cobra cada vez mayor densidad, hasta que
se hace casi palpable. Y ese algo es, sin duda, generado por el rock.
La noche del pasado viernes, aquellos que estuvimos en
Santana Bar (Pte. Peron 414, Ramos Mejía), pudimos sentir una vez más ese
“algo” de la mano de SobreVuelo.
Pasada la medianoche, la fecha que había sido inaugurada por
Black Lyons se preparaba para recibir a la gente de SobreVuelo en el escenario
de Santana.
Con “Bailo” (canción que forma parte del disco “Del otro lado del espejo”) se da un potente inicio a este bloque. Seguido llega
“Déjalo” (“No lo empujes, solo déjalo caer!” plantea esta canción a modo de,
quizás, premisa para sobrellevar las situaciones diarias de la vida). En tercer
lugar, con “Canción de antes” la habilidad de Germán Librek (Guitarra y
Coros) se luce ejecutando una pieza emblemática de esta banda oriunda de Haedo.
Cuarta posición en la lista, llega el primer cover de la noche con “Sucio y
desprolijo” de Pappo. El set continua con “Flores de papel” y sin demora sube
al escenario el primer invitado: Ivan (Voz y Guitarra de Ojas) acompaña
a los SobreVuelo para sumar su voz a “Seamos” bajando notoriamente la celeridad que traía el show, pero manteniendo la profundidad característica de la lírica. “Deje morir el reloj, deje correr la canción de ningún lugar. Hasta que seamos dos…” cantan a dúo el líder de Ojas junto a Federico Campi (Voz y Bajo)
logrando un ambiente místico inmejorable. Ambiente que, también, es logrado por
la puesta en escena. Una pantalla detrás de la batería exhibe fragmentos de
videos (algunos de los cuales son videoclips de canciones de la banda), y dos
personajes de cartón que son parte del arte de tapa del disco se encuentran a
cada lado del escenario.
Con dos invitados más (Pablo Ramos y Luciano Crocco) encargados de ejecutar sendos
saxos, la banda continúa interpretando “Un cielo”. Estos dos maestros de los
vientos permanecen en el escenario mientras Federico invita a un músico más: Guido Rodriguez es llamado para sumarse
a la percusión junto a la batería enérgica y firme de Ariel Sciacchitano, y
juntos tocan “Las cosas que me hacen mal”. Tiempo del segundo cover, “Sin
cadenas” de Los Pericos hace al publico mecer el cuerpo al son de este clásico
del ska argentino. El set sigue con “Entre tanto dolor” y “No pensar” antes de
dar lugar en el frente a dos invitados más: Nils Valencia (Guitarra y Voz de Sirio)
y Daniel Suarez (Bajista de Guillermina) acompañan con su impronta
rockera al grupo para tocar otro cover de Pappo: “El Viejo”.
Ya cerca del final, el grupo continua con “Todo está
girando” (canción de la que existe un video que se puede ver en YouTube)
y “Fuck You” (dedicado al ingeniero M.M. por los hechos acaecidos recientemente).
Sin dudas, una de las cosas para destacar de esta noche es la cantidad de
invitados con la que cuenta el show de SobreVuelo, y para sumarse a uno de los
últimos temas de la noche llega Maxi Guaita (Bajo en Newgarden) dejando
a Federico la posibilidad de concentrar su potencial en el micrófono para un
relato impetuoso acerca de la realidad vivida y tristemente recordada por todos
en nuestra Argentina de hace más de 10 años. “Tierra” podría ser quizá solo una
más de las canciones que el rock nacional le dedica a esos años críticos
sufridos por la sociedad argentina en 2001, pero no lo es. Y no lo es
justamente por el brío con el que es cantado este relato colmado de verdad,
dolor y evidente amor por esta tierra y su historia.
La banda se despide con sus invitados: los dos
intérpretes del saxo, el maestro de la percusión, e Ivan de Ojas regresan para
regalarnos a los presentes un cover de Sumo: “La rubia tarada”.
Más de una hora de show ejecutado por este trío y varios
amigos invitados, que en cada oportunidad que suben a un escenario nos
recuerdan por qué los queremos tanto y por qué se han ganado el lugar que
ocupan en la escena del rock under del Oeste.
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