Uno de los aspectos que caracteriza al rock emergente es
la persistencia en seguir siempre luchando por el sueño que los une, por lograr el objetivo que se pusieron al
momento de iniciar este viaje formando una banda de rock.
Las bandas del Under nacional dan lo mejor de sí y se
esfuerzan por superarse día tras día. El pasado viernes 9 de Agosto aquellos
que nos apersonamos en The Roxy
(Niceto Vega 5542) fuimos testigos una vez más de esto en la impactante
presentación que ofreció Krill para
su público.
Y es que a pesar de que hace algunos meses tuvieron que
pasar el difícil momento de dejar ir a un miembro y amigo de la banda (que se
alejó del proyecto por motivos personales) el grupo sigue hacia adelante, con paso firme y decidido.
Pasadas las 22 hs, y luego de que Ekeko haya pasado por el escenario abriendo la noche y presentando
temas de su próximo material, el telón se abre una vez más para exhibir a la banda de Ramos Mejía. Algunas horas antes
del inicio del show se había dado a conocer mediante redes sociales que, ante
la ausencia de baterista fijo, esta noche contarían con un suplente. Por eso,
no fue sorpresa pero si un muy grato momento cuando Catriel Ciavarella (viejo
amigo de la banda) subió al escenario junto a los demás integrantes y ocupo el
lugar detrás de los platillos para hacerse cargo de la batería desde el inicio
hasta el final del show.
Arrancan con un doblete demoledor proveniente del disco
“Final del Juego”: “Esqueletos y Fantasmas” (canción de la que hay un altamente
recomendado video en YouTube) y “Despertar y no Despertar”, definitivamente
despiertan al público presente. Seguido
llega “Cuentos Rápidos” para continuar con el ritmo de show que se planteó
desde el inicio. “Recuperar mi aliento, ser un humano más. Tratar de no
olvidarme hacia donde voy…” canta a modo de premisa Damián Ferraris (Voz) en “Andar a Pie”, canción en la que se destaca el
sonido imponente de las cuatro cuerdas a cargo de Sebastián Villegas.
La puesta en escena es austera, una pantalla que proyecta
imágenes acordes al set list a medida que pasan las canciones es todo lo que
hay. Pero es claro que una banda como Krill
no necesita de decorados que distraigan la atención de la gente con
banalidades. Lo que ofrecen no pasa por ahí.
Toda la interpretación musical de Krill es impecable. Lo que llevan adelante es un show prolijo,
cuidadoso dentro de una improvisación de parámetros normales.
Para bajar el ritmo elevado de canciones al palo que
venían manteniendo llega “Mundo Ausente”, continuado por “Épico” (cuya versión
de estudio cuenta con la colaboración de Catriel Ciavarella en bombo legüero y
Nicolás Burgos en violín). Enseguida vuelven a encender el ambiente con lo que
se podría considerar el clímax de la noche. “Odisea” es un estallido de virtudes
en el que cada músico interpreta magistralmente su parte y hace del espectáculo
un deleite para los sentidos. La guitarra de Santiago Bruzzone es incendiaria,
abajo se escuchó un “la lleva atada” y es una expresión más que acertada.
Ya sobre el final vuelven al disco “Final del Juego” (que
fue presentado en Noviembre del año pasado) con “Hablas de Mí”. Continúan con “Luces”,
también del disco presentado recientemente (de hecho, los únicos temas no
pertenecientes a esta placa que figuraron esta noche fueron “Cuentos Rápidos” y
“Odisea”). La particularidad de esta canción es la doble participación de
Matías Sánchez (Guitarra), que hasta este momento emocionó al público dejándose
llevar por la euforia del vivo e interactuando de manera efusiva con sus
compañeros de banda. Pero en “Luces” da vida a un interludio magistral tocando
la trompeta en esta pieza. Sobre el
final de la noche, llega el favorito particular de quien escribe: “Vals”.
Conmovedora canción que da cierre al disco y cuya versión en vivo en transmisora
de emociones varias.
Fin de show poco común, el set culmina con un cover de
QOTSA: “No One Knows”, del cual hacen una versión potente (digno de destacar
también es la buena fonética de Damián al momento de cantar en un idioma
foráneo).
El público pide bises, pero lamentablemente no pudo ser
dado que el lugar se muestra poco flexible en cuanto a los tiempos. De todas
maneras, ninguno de los presentes puede denunciar que se fue inconforme. El
show tuvo todo lo esperado de una presentación de Krill: rock potente, prolijo, siempre bien interpretado con un
sonido conciso, y sumado a esto la participación de un invitado de lujo como lo
es el señor Catriel Ciavarella. No queda más que estar atentos a que anuncien
su próxima fecha.
[Podes descargar "Final del Juego" desde acá.]
Fotos de Félix Contartese y Florencia Muzzu.
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